Los personajes avanzaban por un estrecho pasillo escavado en la roca, había dejado atrás la puerta secreta gracias a un conjuro desintegrador de Riku q había reducido a cenizas casi tres metros de espesor en la roca. Se encontraban dentro de la fortaleza del Yukora.
Miko iba en cabeza, portaba el arco enano del gran Héroe Berk en la mano y a una orden mental suya la flecha q llevaba preparada se incendió, iluminando la entrada a una pequeña estancia. Después de inspeccionarla con cautela todos se intrudujeron en lo q parecía un antiguo almacén abandonado.
Una puerta desbencijada daba al norte donde se oían unos callados quejidos.
Lussy y la kitsune se asomaron una, a través del resquicio abierto de la puerta y otra, por un agujero de la misma. Al otro lado había una gran estáncia rectangular con dos salidas, una enfrente de ellas y otra al este, dos criaturas se encontraban de espaldas a ellas en cuclillas y parecía q estaban torturando a un ensangrentado y desnudo humano.
Sin duda las criaturas eran babaus, demonios humanoides rojos como la ira, de finas extremidades, y de cuyo cuerpo chorreaba constantemente un viscoso ácido. Portaban sendas alabardas realizadas en hueso, y mientras uno tapaba la boca de su víctima, el otro se afanaban en dibujar lineas de sangre con su arma en la piel del desdichado humano.
Los héroes rápidamente trazaron un plan sin mediar palabra, gracias a los pendientes de obsidiana q les había regalado el sumo Hechicero, mantenían un vínculo telepático permanente. Miko plantó los pies y calentó con su aliento los dedos mientras Lussy se arrodillaba y sacaba su ballesta drow de repetición para apuntar por un agujero de la puerta. El resto se posicionaba detrás.
A una orden mental una lluvia de flechas y virotes cayeron sobre los dos demonios, todos se sorprendieron cuando los babaus se incorporaron totalmente asaeteados, pero vivos, incluso una flecha había atravesado el cráneo de uno de ellos y ardía al otro lado, sin producirle mucha molestia.
Con un rugido Zentz traspaso entre una explosión de astillas la carcomida puerta , y cargó contra los demonios con su espadón, dando lugar al plan b; de un tajo en diagonal partió en dos a uno de ellos, mientras el otro demonio caía a su lado abatido por una serie de misiles azulados de fuerza q habían surjido de los dedos humeantes de Toshiro.
Dos babaus más surjieron de la salida norte con sus alabardas prestas e iniciaron una carga hacia el minotauro, pero en mitad de ella volaron por los aires envueltos en una tremenda bola de fuego invocada por Riku, los demonios bañados en llamas incluso lograron incorporarse, pero al poco cayeron de rodillas calcinados hasta el tuétano. Resistían las llamas, pero no tanto.
Volvió el silencio.
Miko se aprestó a ayudar al humano ensangrentado, q balbuceaba incoherencias, e invocó sus poderes curativos para cerrar algunas de sus heridas. El humano cayó en una placentera incosciencia. Apenas era un niño, un joven apuesto de cabellera rubia y almendrados ojos, q con suerte había conservado su cara intacta. El minotauro lo cargó a sus hombros.
Habían aprendido algo de esta batalla, los demonios eran resistentes a las armas convencionales y al fuego, así q cada uno cambió con reticencia su habitual arma, por las armas sagradas de oro y platino q les había entregado La suma sacerdotisa.
Angus regresó de su exploración solitaria para informarles q estaban en una especie de mazmorra, una serie de celdas vacías y ensangrentadas guardadas por un grupo de dretches eran lo único q encontrarían al norte. Los demonios menores les traían sin cuidado.
Así q salieron por el este. En el suelo, junto a lo q debía de ser una puerta, y q ahora no era más q leña, había marcas renegridas y manchas de sangre; el halfling les dijo telepáticamente q varias trampas mágicas habían sido activadas en ese punto, quizás fuese un intento de fuga, algo antiguo.
Un pasillo adoquinado giraba hacía el sur, y según el hechicero, las lineas mágicas lo seguían.
Esta vez encabezaba la exploración la drow, era practicamente invisible en la oscuridad, incluso su ceñido corpiño estaba preparado para impedir q su calor corporal la delatara ante la infravisión de algunas razas.
El pasillo de repente se ensanchaba hacía un lado y allí un gran socabón se había abierto entre los adoquines del suelo dando lugar a un misterioso agujero. Después de consultar con Riku a quien le parecía q la fuente de poder mágica se encontraba muy por debajo de ellos, la drow saltó gracilmente por la oquedad, si bien tuvo q recurrir a sus poderes de levitación ya q la caida en la oscuridad era mayor de lo q parecía. Aterrizo suavemente entre un montón de cascotes y barro, mucho barro. Sus botas de caña alta se undían hasta más allá del tobillo y le dificultaba el paso. Usando su infravisión la drow se adentró en un pasillo abovedado. De repente algo la agarró de un pie, algo similar a una garra de barro la estaba atacando, realizo un medio giro sobre su pie atenazado mientras levantaba la otra rodilla para acabar descargando un fugaz pisotón.
Su grito telepático alertó al resto del grupo, el minotauro dejó al joven en el suelo y se lanzó al vacio, cayó pesadamente y rodó con el espadón mientras ajustaba su visión al espectro de calor. El resto del grupo preparó sus armas a distancia.
Zentx no tardó en ver dos formas humanoides de gran tamaño q supuestamente rodeaban a la drow, debían de ser Ómox unos demonios de barro q guardaban ciertos pasos. Sin pensarlo cargó contra uno de ellos, sólo para ver como desaparecía sumergido en el barro antes de su embestida.
Tres de las criaturas se dispusieron en linea ocupando todo el pasillo y a unos metros del minotauro y la drow. Comenzaron a lanzarles grandes pegotes de barro y roca, la drow incluso enzarzada en combate no tuvo problemas para esquivar los proyectiles, pero no paso lo mismo con el bárbaro cuya habilidad no era esquivar, sino encajar.
Se vio golpeado por al menos tres proyectiles q lo empujaron hacia atrás unos pasos, se estaba rehaciendo cuando su piel empezó a sisear, el barro era ácido.
Arriba Miko se sentía frustada pues no tenía ángulo de tiro, así q se tiró contra el suelo y metiendo el arco de plata por el agujero lanzó una flecha que rebotó en un adoquín y acabó clavándose en el hombro del demonio de barro q atacaba a lussy, justo cuando la drow realizaba un esquiva baja y lanzaba un tajo con su katana bendita q le cerceneba ambas piernas. Unos proyectiles mágicos acabaron de rematarlo.
Toshiro se lanzó un conjuro de levitación, otro de invisibilidad y flotó hasta el fondo del agujero. En ese momento se hizo la luz, un orbe luminoso invocado por Riku apareció en mitad del abarrotado pasillo dando color a la escena. Empuñando a su legendaria espada Obishuan, se dirigió hacia allí.
El humeante minotauro lanzó su grito de guerra y cargó al frente contra los demonios, solo para ver como su cuerpo se hundía en el barro hasta la cintura en una zona q evidentemente era una trampa. Soltó un sonoro y desesperado bufido, mientras se hundía.
Dos de los omox q tenía delante levantaron al unisono los brazos e invocaron una repentina niebla q se extendía a ras de suelo por todo el pasillo.
Lussy conocía el conjuro, era una nube ácida, así q corrió hacia el frente, tomó velocidad y saltó contra una de las paredes, dió un par de pasos en ella a la par del minotauro, y saltó contra la otra pared para acabar dando un último salto en carrera q la propulsó hasta uno de los omox q se encontraba con los brazos en alto; le cortó ambos brazos y la cabeza del mismo tajo.
Toshiro estaba junto al minotauro cuando llegó la niebla, había tratado de sacarlo él mismo, pero era demasiado pesado, sintió como el ácido se metia en sus pulmones y le irritaba los ojos, el dolor era terrible, pero se concentró y lanzo otro conjuro de levitar sobre el minotauro, eso por lo menos lo salvaría de ahogarse; cerró su capa sobre su boca y corrió pasillo adelante.
Zentx estaba hasta el cuello de barro cuando toshiro le informó telepáticamente de su hechizo, empezaba a salir cuando algo lo apresó por la cintura y tiró hacia abajo...El minotauro tomó aire y metió la cara en el barro para atrapar al demonio, sus manos buscaron y se cernieron sobre algo q debía de ser un cuello.
Toda la frustración se tradujo en la fuerza de su presa y apretó de tal manera sus manos, q acabaron tocandose. Salió del barro para toparse con la niebla ácida y dos omox uno a cada lado, si bien el primero fue ensartado por cinco flechas sagradas lanzadas por Miko, y el segundo fue atravesado por tres rayos igneos que salieron de las manos de Riku. Ambos descendían por el agujero en un luminoso y flotante disco mágico en el q yacía el joven humano y el halfling.
Todos corrieron al frente sabedores de que más omox yacian a sus pies y de q la niebla no les daría cuartel.
Al final del pasillo unas retorcidas escaleras de piedra excavada daban a una gran puerta de madera oscura y siniestra; dos rostros demoniacos guardaban cada hoja, e innumerables glifos y protecciones eran visibles.
"-otra puerta..." pensó Riku.
Mientras, Jessikah se sentaba arrodillada en su cama y veía la escena en el gran espejo q era su cabecera...los omox habían sido buenos contrincates para éste valeroso grupo..., y de momento no tenían ninguna baja...estaban haciendo bastente ruido y eso era bueno...en su mente empezaba a fraguarse un plan.
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