Rubíes...el Tiflin se afanaba en buscar las piedras preciosas en una galería a varios kilómetros de la superficie...
Los Arcontes eran incapaces de adentrarse en las entrañas de la tierra a esta profundidad en busca de las gemas...así q al hechicero no le quedaba otra opción q hacerlo él mismo...
La luz q emanaba del orbe de rubí teñia la estrecha galería...gracias al artefacto podía detectar las gemas entre toneladas de roca...había de todos los tamaños dsd diminuta gravilla hasta grandes gemas del tamaño de un puño...su valor era incalculable..si hubiera podido venderlos claro.
El hechicero recojía rubíes como el agricultor q recoje rábanos en su huerto...todo se remontaba al momento en el q el gran dragón blanco había decidido despojarse de demasiadas escamas de su cuerpo para realizar el ritual de la Shihay y habían empezado a aparecer huecos de blanda carne en su preciada anatomía...
La Sentaku para Shinshiro había sido fácil, no más de 15 dragones blancos poblaban la cordillera de la Dentadura...acabar con ellos y alzarse con el título de rey dragón fue un juego de niños, ya era el dragón blanco más grande y poderoso antes de que empezará la sed de sangre. Quizá por eso su tamaño y poder no habían crecido demasiado con la criba...por eso y por su afán desmedido a vincular a sus vástagos a través del ritual, su cuerpo había quedado demasiado expuesto...y la solución fueron los rubies...después de procesar las gemas, éstas se acoplaban al cuerpo del dragón y cubrian los huecos expuestos a modo de armadura...o eso creía el dragón.
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