viernes, 18 de enero de 2013

DE CABEZA AL ABISMO III

    Acababan de ser teleportados al otro lado. Los aventureros se movían con cuidado a través de un estrecho pasillo curvo que daba a un muro a modo de puerta entreabierta.
    Esta vez toshiro iba en cabeza, se asomó a través de la abertura y le asombró lo que vio, el humo llenaba la habitación... aquello parecía una sala de torturas, encadenados a las paredes había 4 humanos inconscientes, una dama de hierro mostraba sus dientes oxidados apoyada contra una pared, y en el centro de la estancia había un potro de tortura con una mujer con el pelo sobre la cara. La estancia olía a sangre y sudor, por todos los sitios se veía instrumental del dolor y salpicones rojizos. Una gran puerta de madera y bronce se cerraba al oeste.

   Entraron rápidamente y se dispusieron a socorrer a los infortunados presos, Toshiro corrió hacia la dama empotrada y empezó a cortar sus ataduras con el wakizashi.
   Todos se afanaban en liberar a los humanos menos Lussy; la drow asió al hechicero por el hombro deteniéndolo. Ambos se quedaron en mitad de la habitación meditando. Lussy había visto demasiadas salas de tortura para saber q algo fallaba, la puerta q cerraba la estancia era demasiado lujosa, no había sumidero, y los presos salvo por su inconsciencia no tenían herida o marca alguna. Recurrió a su resistencia natural para la magia y agudizó sus ojos...el velo cayó ante ella y pudo ver la sala como realmente era...cortinas, tapices y alfombras adornaban la sobrecargada habitación, cojines, velas y botellas de licor se esparcían por el suelo, una gran cama redonda con un espejo de cabecera cubría el centro, y una imponente estatua amarilla de un hombre-chacal estaba donde debía de estar la dama de hierro. Pero aquello no era lo peor, los presos no eran sino 4 súcubos de afiladas garras a la espera de saltar sobre sus compañeros, y en la cama redonda el incauto samurai admiraba alelado a otra demonio mientras ésta le acariciaba el mentón.



    Rápidamente el hechicero recurrió a su poder para identificar la fuente de la ilusión, descubrió q provenía de una pequeña botella de culo chato, que estaba a los pies de la cama, tenía una vela morada en su cuello. Su humo enmascaraba toda la sala. Con un pequeño cantrip y un gesto de la mano, apagó la llama.
   Casi todos vieron a tiempo donde se estaban metiendo, y desenvainaron sus armas. Pero para uno fue tarde, el joven Ivellyn no llegó nunca a desenfundar, una demonio le asía la cara con las dos manos y le estampaba un mortal beso...de sus ojos salía un humo negruzco mientras su piel se acartonaba y su fuerza vital era succionada por la súcubo hasta caer al suelo como una carcasa vacía...
   Las súcubo reaccionaron primero, una se abalanzó sobre Angus, rauda cerró su garra sobre la mano del mediano impidiéndole sacar su daga de adamantita. Acto seguido empezó a succionar su fuerza vital.
  Otra demonio saltó a por Miko, la kitsune y la súcubo rodaron por el suelo, pero en la caída consiguió meter sus patas traseras en el estómago de la súcubo y la lanzó lejos de si. Se incorporó sobre una rodilla y cargó el arco sagrado de amaterasu. Una, dos, tres y hasta cuatro flechas se clavaron en la demonio dejando una estela plateada, la súcubo se retorció de dolor y cayó al suelo muerta.


   La cuarta demonio saltó como un tigre contra el minotauro, este no intentó ni esquivarla, sus garras atravesaron su jubón de cuero y se clavaron en su torso, Zentx con una mano asió las dos garras de la súcubo y con la otra sujeto su enorme espadón para atravesar y desgarrarla completamente de abajo a arriba.

  La líder de las súcubos no era sino Jessikah, se puso de pie en la cama y evaluó la situación, sin duda el samurai no era un peligro, había sucumbido a su encantamiento y ahora retozaba con la almohada como amante. Le preocupaba el hechicero y la drow, q perplejos en el centro de la refriega aún no habían actuado. Así que rebuscó en su memoria las palabras para invocar una bola de fuego apresurada y la lanzo en medio de la estancia, cojines, plumas y alfombras volaron por los aires dejando una cortina de llamas; acto seguido invocó uno de sus más poderosos conjuros y apuntó con su dedo al hechicero, un haz de luz negra necromántica impacto en el pecho de Riku, que tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no sucumbir... eso si, un hilillo de sangre le salió de la nariz. En un último esfuerzo Jessikah ordenó a la estatua gigante que atacara a los intrusos, el golem de arcilla cobró vida y con pesados pasos se dirigió hacia su objetivo más cercano, la kitsune.



   Mientras, la drow a duras penas había esquivado la bola de fuego con un salto mortal hacia un lado ayudada por su levitación. Dio a parar junto a la sucubo que había asesinado al joven paladín, esquivó un par de garrazos dirigidos a su cara con sendos giros de cuello y de un puntapié en la entrepierna dobló a la demonio, salto sobre su espalda con su espalda y rodó sobre ella para colocarse contra la pared y dejar a sus enemigos frente a ella. Con un suave movimiento de muñeca desenfundó la katana sagrada que le había entregado Shadira. No era su espada con la que tenía un vínculo especial, pero tendría que valer. Esperó pacientemente la carga de la enfurecida demonio, frenó los golpes de garra con la espada saltando chispas en el proceso, e hizo una maniobra arriesgada colocándose de espaldas a la demonio, ésta viendo la oportunidad saltó sobre su nuca; la drow levantó su talón en el último momento impactando nuevamente en la dolorida entrepierna de la súcubo, y acto seguido lanzó un tajo en giro con la katana cortándole la garganta.
   Era un golpe mortal pero la demonio se había alimentado del paladín, así que cargó de nuevo sobre Lussy. El ataque pilló desprevenida a la drow y una de las garras le rasgó el hombro y el brazo izquierdo. Lussy metió el arma entre ella y su agresora, girándola y liberando su agarre, mientras con su brazo derecho lanzaba un tremendo golpe con el canto de la mano que arrancaba de cuajo la cabeza y la estampaba contra la pared contraria.

   Riku estaba herido, el hechizo le había destrozado las entrañas, pero seguía en pie, su conjuro de vuelo seguía activo, así que voló por encima de las pequeños fuegos y se situó a un lado del combate. Enseguida vio que el mediano estaba en apuros y que Toshiro estaba fuera de juego, así que controló su dolor y entonó rápidamente unos proyectiles mágicos contra aquella súcubo y lanzo una disipación mágica en la zona de la cama redonda.

   Angus aprovecho que los proyectiles impactaban en la espalda del demonio para zafarse del agarre y clavarle la daga en la cadera, la daga sacaba humo en su herida; la demonio maldijo, puso los brazos sobre el suelo y se dispuso a clavar sus colmillos en el cuello. Angus se acomodó y en el último momento le clavó la daga en la axila izquierda. La daga penetró en su corazón y la súcubo se derrumbó encima del ladrón.

   Miko veía entre las llamas como la enorme estatua se dirigía hacia ella, cargó su arco y disparó varias flechas que no lo frenaron en absoluto. El golem lanzó sendos puñetazos que la kitsune esquivó rodando por el suelo dejando atrás su arco largo. Se incorporó y desenfundó la katana de oro y platino que le había dado la suma sacerdotisa de amaterasu sabedora de que no era muy diestra en su uso.
   Zentz vio en miedo en los ojos de la kitsune y cargó contra el golem, dibujando un enorme tajo vertical en su espalda. El coloso se revolvió y a la media vuelta golpeó la testa del minotauro haciéndole escupir algunos dientes. Miko aprobecho para clavarle la katana detrás de la rodilla, y no vio sino sintió como el otro brazo le golpeaba las costillas sonando un chasquido. Con un aullido cayó al suelo dolorida.
   El aturdido minotauro rebuscó en su interior, entre su dolor y su odio para hacerse con la rabia que era lo único que podía salvarle del salvaje gigante. El golem lo golpeó de nuevo, pero Zentz no sintió nada, levantó el espadón y descargó un tajo oblicuo sobre el costado del coloso penetrando sólo unos centímetros. Una y otra vez reincidió sobre la herida mientras el coloso lo golpeaba a su vez.
  
   Jessykah se había quedado sola, sus secuaces habían muerto. La drow estaba muy próxima a su izquierda y el hechicero sobrevolaba la entrada secreta de su derecha pero a distancia más que suficiente para alcanzarla con algún conjuro. Pensaba en la estrategia a seguir cuando notó una salvaje acometida en su espalda, algunas de sus protecciones mágicas habían funcionado, pero estaba herida. Al parecer el samurai había despertado de su hechizo y acababa de atacarla. Tendría que matarlo, quería haberlo guardado como diversión pero estaba claro que la situación se estaba poniendo difícil.
   La súcubo empezó la apresurada salmodia de un conjuro que la llenó de energía eléctrica que estalló teniendose a ella misma como epicentro; arcos de rayo azulado invadieron el área afectando a sus tres objetivos y destrozando su preciada cama en el proceso. Acto seguido dio un salto mortal atrás frenado por sus alas y se deplazó unos pasos dejando al samurai enfrente de ella. Entonó un conjuro y juntó sus dos manos en un único puño, del mismo salió un chorro enorme de ácido que pasó por encima del samurai y afectó a la zona donde luchaba el golem con el minotauro.

  Toshiro todavía temblaba por las sacudidas del rayo cuando vió que se le venía encima un chorro de ácido, asió a obishuan con todas sus fuerzas y dirigió su voluntad en detener aquel conjuro...no lo logró del todo, pero si consiguió desviarlo en parte, lo suficiente para seguir con vida.

   Zentz casi había partido en dos al golem, cuando el chorro de ácido cayó en la zona, le escocían los ojos pero el coloso casi estaba destruido...cual fue su sorpresa al descubrir que el ácido estaba cerrando las heridas del gigante!. No solo eso, el golem de repente empezó a moverse con gran celeridad, daba unos golpes tremendos y muy rápidamente, enseguida Zentz se vio retrocediendo contra la pared.

   Miko se palpaba las costillas, sin duda tenía tres o cuatro fracturadas, le costaba respirar y a duras penas había podido rodar sobre su hombro para esquivar el ácido. Se concentro en sus poderes curativos y rezó a su diosa. El dolor cesó y las costillas se soldaron, pero menos de lo debido, las heridas infligidas por el golem eran difíciles de sanar. No estaba recuperada pero la necesitaban en acción.
 Recuperó su arco sagrado y disparó una flecha sobre la lider de las sucubo, vio la misma rebotaba en la garganta del demonio. Estaba protegida por hechizos pero Miko recordo que atesoraba unas flechas de adamantita de la guarida de Abarabone, así que cargó otra flecha y esta vez sí rasgó una de las alas de la súcubo. Empezó a preparar el resto de flechas.

   Angus se había librado del cuerpo de la voluptuosa demonio y se dispuso a ayudar a Zentz, se acercó por detrás al enorme golem empezó a apuñalarlo en el talón. El golem lanzaba puñetazos a diestro y siniestro pero el mediano se defendía muy bien contra criaturas de gran tamaño, y el minotauro a su vez se cubría con la espada.
   Cada vez que daba un golpe el golem se desequilibraba, su tobillo estaba maltrecho gracias al mediano, así que Zentz calculó, y en una de sus acometidas cargó, dio un gran salto y proyectó todo su peso sobre el pecho del gigante que no pudo hacer pie y cayó cuan largo era de espaldas, desplazándose contra el suelo

   Jessykah estaba en apuros, varias flechas la habían herido y la katana del samurai sin duda era un poderoso artefacto mágico. Así que planeó una última acción, invocó una puerta dimensional que la llevó al otro lado de la habitación junto a la gran puerta. Ahora tenía ángulo para su siguiente conjuro.
Entonó su último conjuro de alto nivel, una rociada de rayos prismática salio de sus manos y cubrió la habitación entera en diferentes tonalidades brillantes.

   Los aventureros vieron como una cascada de rayos salían sin cesar de sus dedos extendidos, los rayos multicolores se esparcían por doquier e impedían acercarse a la demonio. Era como luchar contra un torrente de agua. Algunos rayos impactaron en el minotauro, pero por suerte su anillo de resistencia hizo buen trabajo.

   La kitsune se afanaba en esquivar los diferentes efectos, así como el mediano. La drow confiaba en su resistencia natural a la magia para soportar el efecto.

   Toshiro dispuso a obishuan frente a sí. Invoco sus poderes disrupturores y se dispuso a avanzar sobre la súcubo.

   Riku por suerte se había adelantado a la entonación del conjuro y volando se había refugiado en el angosto pasillo secreto por el que habían llegado. Todavía estaba débil por haber sufrido el conjuro necromántico, pero se concentro en su entrenamiento y se concentro en mejorar su hechizo disipatorio con su propia esencia. Tardó más de lo previsto pero por fin lo tenía listo. Sacó la cabeza y apuntó con la palma de su mano hacia la demonio.



  De repente los rayos cesaron, la súcubo se quedó pasmada con las manos delante de sí en un fútil gesto. Toshiro q estaba próximo a ella tomó la iniciativa, con una corta carrera lanzó un tajo doble con su katana y wakizashi cortando el cuello de Jessikah...la súcubo con los ojos desorbitados miró al humano intentó desenvainar su delgada espada en un último gesto y cayó de bruces.

  Todos aliviados comprobaron que estaban enteros y que habían vencido. Pero habían pagado un precio, el joven paladín Ivellyn habían muerto. Cubrieron su cadáver con una sábana y rezaron en círculo como póstumo homenaje.

  Saquearon la habitación y los cuerpos. Encontrando no pocos objetos curiosos, la espada de la súcubo líder parecía imbuida en una gran magia maligna, además portaba una tiara protectora.
Encontraron otra puerta secreta daba a una pequeña habitación a medio camino entre tocador y laboratorio de magia, donde pudieron hacerse con algunos tomos de magia y pergaminos.
  Antes de salir de la habitación la drow cogió la botella con la vela que había enmascarado la habitación y una liga q colgaba de uno de los biombos. Miró divertida a la kitsune q negaba con la cabeza.



Unos ojos almendrados se abrieron de par en par bastante cerca de ahí. Lo primero q oyó fue al pequeño quasit balbuceando disculpas y revoloteando por su cabeza. Lo apartó de un manotazo y se dispuso a admirar su desnudo cuerpo frente a un espejo. Todo estaba bien, o más que bien, pensó con una sonrisa. Jessikah se vistió únicamente con una capa q había en un perchero y se teleportó a la sala de audiencias del complejo superior. Tenía q reunir a los oficiales.

  

  
   












sábado, 12 de enero de 2013

DE CABEZA AL ABISMO, II

Estaban frente a una gran puerta de doble hoja de casi tres metros de altura. Estaba construida en ébano y poseía dos caras demoniacas en relieve con ojos de rubí en cada parte. La puerta estaba plagada de glifos y protecciones.
Angus ni siquiera se había atrevido a tocarla, eso decía mucho de la misma.

Riku empezó a entonar la salmodia q disiparía la magia de la puerta, cuando recordó el hechizo de contingencia q había guardado la otra puerta, fue entonces cuando decidió sugerir a Toshiro que intentase usar los poderes disruptivos de obishuan en las protecciones de la puerta.

El samurai espada en mano se concentró en el brillante filo y lanzó un tajo de arriba abajo. Algunos símbolos de poder desaparecieron, incluso la cara demoniaca se partió por la mitad, no sin que de cada uno de sus ojos de rubí saliera una pequeña bola de fuego q se quedó suspendida en el aire delante de los aventureros.
Todos las miraron asombrados, ya que la mayoría sabía q se trataban de bolas de fuego de estallido retardado que doblaban en destrucción al hechizo convencional.
Toshiro actuó con rapidez y de un certero golpe destruyó una de las bolas, pero la otra estalló. El fuego los envolvió a todos pero con diferente suerte; la drow y la kitsune reaccionaron con gran rapidez y se hicieron a un lado con elegantes piruetas, resultando intactas, mientras el desdichado minotauro y el samurai ardían como una tea en la biblioteca de un tuerto. Por supuesto el hechicero, el mediano y el incosciente humano a sus pies, lucían la mejor de las esquivas, se habían apartado hacía varios minutos de la puerta.


Zentx estaba enojado, su pelaje rojizo se había convertido en chamusquina por segunda vez, así q cojió un pico q llevaba a su espalda y se abalanzo hacia la puerta. Todos quedaron perplejos ante su reacción, el portón  todavía contaba con imnumerables defensas mágicas, atacar la puerta así era un suicidio. En el último momento el bárbaro enarboló el pico no contra las puertas sino contra la misma piedra que las sostenía.

Fue con el estruendo cuando el humano q había sido rescatado despertó. Todavía desorientado se presentó como Ivellyn, un escudero aspirante a paladín de la orden de los guardianes de la dama del sol, del reino de Papunia. Estaba bastante confundido y aunque sus heridas físicas habían sido curadas por la kitsune, tenía otras q tardarían más en sanar, y no pudo decirles ni siquiera cómo había llegado allí.
Eso si se mostró muy dispuesto a blandir una brillante espada y a vestirse una impoluta armadura completa que el hechicero rebuscó en su cofre extradimensional para él.

De mientras el minotauro había excabado su propia entrada adyacente al encantado portón, iendo a dar a lo que parecía era un mausoleo.

Los techos eran bajos y en crucería abovedada, el suelo se constituía de adoquines de arenisca rojiza y las paredes parecían excabadas directamente en la roca con bastos huecos donde regularmente las antorchas humeaban más q iluminaban.
Un pequeño pasillo de entrada daba lugar a una estancia cuadrada con una salida al oeste, grandes fragmentos de lo que parecía una estatua de mármol negro cubrían el suelo alrededor de un pedestal de piedra caliza con una placa inscrita. Era lenguaje demoniaco, solo Lussy conocía vagamente el significado de las palabras, y lo tradujo como "Aundrana; sajadora incansable".
Miko recojió algunos pedazos e identificó los restos como la estatua de un demonio abismal, una marilith. Casualmente ella había destruido a dos hermanas en la guarida de Abarabone, bajo la pirámide. Y estos restos guardaban mucho parecido con una de ellas...demasiado.

Angus enseguida se percató q el pedestal guardaba algún compartimento secreto, y después de salvar más de una trampa mortal con expertos dedos, dio con un pequeño cajón donde había dos sacos de grandes gemas que discretamente escurrió en su morral.

Pasaron por diferentes habitaciones similares donde pedestales y estatuas destrozadas eran el elemento común. Desactivaron trampas y recojieron sendas recompensas. Las peanas rezaban leyendas como "Dasnara, la lamefilos" otra marilith, o "Flaurus, abregargantas", la estatua de un demonio glabrezu, ambas hechas esquirlas.
Mas adelante se encontraron en una estancia algo más grande que las anteriores con una estatua incorrupta de porte ostentoso, de un demonio alado con 6 brazos y armado con varias dagas, su leyenda decía " Lithbro, el encumbrado", ninguno sabía que tipo de demonio era.
Angus sorteó nuevamente las trampas y se hizo con un gran cajón secreto donde encontró una katana de filo azulado y níveo mango, un cetro de roble retorcido, y un anillo de cobre.
El hechicero los identificó como una espada heladora, un cetro maximizante y un anillo de resistencia al fuego. El minotauro arrancó de las manos del hechicero el anillo protector. Nadie dijo nada.

Nadie tampoco se percató de que una pequeña figura alada e invisible, observaba la escena desde la cabeza de la estatua a pocos pasos de ellos. Era un quasit, un pequeño demonio alado de nombre Frqazzikal, enviado por Jessikah para espiar a los aventureros.


El pequeño demonio se adelantó al grupo, y con un fugaz vuelo, se dirigió hacía la próxima habitación que visitarían los aventureros.
Era la habitación del Vrock , "Aragarr, el grito en el abismo" le llamaban.
Todos los oficiales de la legión del látigo ardiente se habían ganado el derecho a visitar el plano material primario en diferentes ocasiones. Cuando era así guardaban parte de su esencia y su cuerpo físico debidamente protegido en el abismo, a modo de ancla espiritual. Así si eran eliminados en ese plano, regresaban al abismo sanos y salvos, destruyendo la estatua en el proceso.
Este no era el caso de Aragarr, ahora mismo se encontraba en el plano material desempeñando un importante papel en la ciudad de Lamos.
El pequeño quasit era codicioso, y había visto como los aventureros habían saqueado impunemente todos los pedestales, así q sacó sus herramientas de ladrón y se dispuso a hacer lo propio con las pertenencias del Vrock.

Los aventureros no tardaron en llegar a dicha estancia, una estatua de un demonio con grandes alas de águila extendidas y garras de león, les daba la bienvenida, tenía un extraño foso alrededor de la peana. Lussy se asomó cauta para descubrir q unas estacas de hierro frío a unos 30 pies recibirían a cualquiera que allí tropezase.
Riku se acercó levitando y descubrío con tristeza q el pedestal había sido asaltado, y el cajón ya no contenía nada, salvo una pequeña ganzua rota. Fue en ese momento cuando percibió algo por el rabillo del ojo, un pequeño destello junto a una de las irregulares paredes, y raudo se acercó a la misma. Tanteó la pared y no encontró nada extraño. Cerró los ojos y penso que quizá la pared era una ilusión, y quizá lo fuera porque una parte de la misma se deslizó hacia dentro ante su presion, dando lugar a un estrechísimo pasillo. Las lineas de magia defensiva no cubrían esta parte, y no sabía si eso lo alegraba o lo atemorizaba.
Tras avisar al resto de sus compañeros, todos menos Angus decidieron q era el mediano el que debía investigar aquello. Y lo hizo a regañadientes. Tardó diez segundos en decir q el corto pasillo daba lugar a una pequeña habitación que hacía de cámara teleportadora. Había visto algunas en la tumba de Takarash y sabía de lo que hablaba.

Ni cortos ni perezosos decidieron aventurarse a la cámara, era una opción arriesgada, pero después de todo los mecanismos teletrasportadores se utilizaban para guardar lugares seguros, y como atajos en los complejos, y ellos necesitaban un atajo.

Lo que los aventureros no sabían era q el quasit en un descuido había hecho saltar no una sino todas las trampas que guardaban los secretos del Vrock, por suerte su inmunidad a los venenos y su innata resistencia a la magia había hecho que sobreviviera a aquello, pero había quedado muy mal herido, por lo que había usado la puerta secreta para acceder a la cámara de teleportación que le llevaría con su ama Jessikah.
El movimiento de dicha puerta era lo que había visto el hechicero con su ojo entrenado, así q sin saberlo se disponían a seguir a quien les estaba siguiendo.


Jessikah en su cama maldijo por el devenir de los acontecimientos y por la avaricia del quasit, un grupo peligroso iba a ser teleportado directamente en sus aposentos, debía de pensar rápido, gritó un par de ordenes a sus secuaces súcubo y prendió la vela de la botella de ilusiones que cambiaría el aspecto de toda la habitación...era el momento de representar una obra con inesperados figurantes.

Casí sentia tener que despedazarlos...casi.